miércoles, 25 de junio de 2014

Crónica: Capítulo 5: Australia. Sesión 4: El Gran Desierto Arenoso



Lunes 6 Julio 1925
No habiendo tiempo para buscar otra guía, el grupo decide adentrarse en el desierto con los dos camiones provistos de provisiones y herramientas, incluyendo a la aborigen herida (Aremi).
Durante su viaje se encuentran con columnas de humo al parecer producidas por los nómadas para crear puntos de referencia en  la inmensidad del desierto.  Cuando empieza a anochecer, encuentran un pozo y deciden acampar cerca de él para recuperar fuerzas y pasar la noche. Durante la primera guardia de Rivers, el detective observa cómo algunos indígenas se acercan al pozo, y éstos al percatarse de que son observados, deciden marcharse. 

Martes 7 Julio 1925
Durante el segundo día del viaje de los investigadores, deben de realizar paradas intermitentes para poder hacer un mantenimiento óptimo de los camiones, en una de sus paradas, observan a lo lejos un hombre en camello caminando hacia su dirección, cuando les alcanza conversan con él.
Su nombre es Peter Mcdonald, se identifica como prospector/minero y vuelve de unas fallidas excavaciones, dirigiendose hacia Meekatharra. Habla de una excavación minera próxima de la cual ha escuchado que está maldita y que ha habido varios casos de desapariciones de aborígenes.
Tras despedirse de él, reanudan el viaje en dirección al sitio del cual les ha hablado Peter, llegando la noche y teniendo que volver a acampar en medio del desierto sin incidentes.

Miercoles 8 Julio 1925
Dedican toda la jornada a viajar, no ocurre nada relevante

Una hembra de canguro y su cría contemplan el paso de la expedición

Jueves 9 Julio 1925
Avistan canguros, una especie de marsupial gigante, lo cual les fascinan, ya que nunca había visto uno, excepto la guía. Durante el transcurso del viaje, a Carolyn se le ocurre leer libros esotéricos con desastroso resultado, ya que se marea y regurgita en el camión, manchando parte de la tapicería y de los acompañantes (Dodge y Aremi). Deciden parar un momento para limpiar el desastre que ha dejado Carolyn, la cual se niega a limpiarlo argumentando que no tiene sentido que lo limpie ella habiendo una sirviente negra en el equipo (Aremi) y se compromete a pagarle diez libras si realiza el trabajo. Casualmente se encuentran cerca de un pozo al cual se acercan, Aremi se da cuenta de que hay una serpiente e intenta avisar discretamente a todos para que no se acerquen, ya que podrían asustarla y ser atacados. Carolyn la ve y comienza a gritar de pánico, Aremi se enfrenta a la serpiente como buenamente puede debido a sus lesiones y consigue reducirla milagrosamente, no gracias a la ayuda de Carolyn Fern.
Finalmente, con el pozo despejado, rellenan cantimploras y Aremi limpia el desastre, recibiendo sólo 1 Libra por parte de Carolyn.
Se percatan de que a lo lejos ven un Lago y rastros de ruedas de camiones en esa dirección, deciden seguirlo y parece que se pierden, optando  por parar cuando anochece y decidir al día siguiente qué hacer: si deshacer el camino recorrido, o bien avanzar un poco más e intentar encontrar el campamento del que les habló Peter Mcdonald.

Viernes 10 Julio 1925
Amanecen y deciden continuar unos cuantos kilómetros más antes de deshacer el camino andado. Por fin avistan al fondo una escarpadura parecida a la que Peter Mcdonald les describió, junto al cual debería estar el campamento de la muerte. Cuando se dirigen hacia él, se desata una fuerte tormenta de arena que obliga a los investigadores a parar los vehículos hasta que pase. Pasada la tormenta el coronel se encarga de hacer el mantenimiento oportuno y continúan.
Por fin llegan al campamento de la muerte, en apariencia abandonado pero con suministros y variado material minero. Daba la impresión de que no hace mucho  hubo gente aquí y los que se fueron no les dio tiempo a recoger nada. Deciden entrar a la tienda de campaña que hay, la cual parece haber sido castigada por las inclemencias del tiempo, ya que tiene varios cosidos.
Frente a la tienda observan una huella enorme de unos 2m de diametro, la investigan y finalmente Bishop, con sudor en la frente, la identifica como perteneciente a un Pólipo Volante, una extraña criatura sobrenatural que al parecer no es nada amistosa, ya que junto a las pisadas, encuentran varios huesos humanos semienterrados en la arena.
Mientras observan los restos, les sobresaltan unos ladridos. En una duna cercana aparecen dos dingos, los cuales se van. El grupo decide subir hasta la duna para ver hacia donde se dirigen. Rivers consigue ver a lo lejos lo que parece ser un hombre sin ropa, sólo con unos zapatos, rodeado de varios dingos. El grupo se aproxima para ayudarle, y resulta que en realidad los dingos son sus amigos.
Al principio se muestra muy nervioso con los investigadores, pero éstos le consiguen calmar y hacer que relate el por qué se encuentra aquí.


Los dingos de Grogan observan a los investigadores sin perder detalle

Su nombre es Jeremy Grogan, fue contratado por John Carver, (alias de John Huston) junto con 20 hombres más para ir en busca de Oro, ya que John afirmaba saber donde había. Llegaron a esta mina y comenzaron a excavar, pasaron días y cuando se termino el dinero del señor Carver, los trabajadores dejaron de picar a la espera de que llegasen los camiones de Suministro para volver a Cuncudgerie.  Carver empezó a comportarse de manera extraña, haciendo que hablaba con alguien invisible, con gestos y cosas así. Luego desapareció un día entero y parte del siguiente y cuando volvió sus ojos parecían salvajes. “Hay una manera” dijo, “Hay otra manera de entrar y Dios me la ha mostrado. Os podéis marchar si queréis; ya no os necesito”
Uno de los trabajadores se le encaró diciendo que les debía el salario por estar esperando y bastantes otros también usaron expresiones poco amables con Carver.  Carver les insultó soezmente, “Si esto es lo que pensáis, entonces me esforzaré para que todos vosotros os pongáis pronto en camino”. No sonaba nada bien esa amenaza, pero él no podía hacer nada siendo sólo uno contra 20.
Se marchó adentrándose en el desierto, esa misma noche mientras jugaban a las cartas, gGogan fue pillado haciendo trampas, por lo que tuvo que salir corriendo entre los matorrales del desierto, cuando por fin dio esquinazo a sus perseguidores, volvió arrastrándose al campamento y vio a Carver en lo alto de la pared rocosa gesticulando y señalando con las manos hacia el campamento, y entonces una gran cosa alada con garras gruesas bajó del cielo y destruyó el campamento, no dejando a nadie con vida.
Al parecer las armas no dañaban a la criatura, por lo que no tuvo ningún tipo de oposición. Grogan decidió adentrarse en el desierto antes de permanecer ni un minuto más ahí. Al día siguiente, decidió tumbarse en una sombra aceptando su destino y esperar a que le llegase la hora mientras dormía. Cuando se despertó, pasó varios días y los dingos estaban ya a su lado. Explica que los dingos no son reales, que cree que son mágicos, por que no los acaba de entender su mente y se olvida de cuál es cuál.

Tras la historia, los investigadores deciden bajar a la mina, en busca de alguna pista. Bajan unos 60 metros y se encuentran el túnel obstruido, deciden subir de nuevo, pero el coronel no se da por vencido y decide intentar apartar una roca, consiguiendo un pequeño desprendimiento y cayéndole una roca en la cabeza, haciéndole una brecha no demasiado grave, pero que sangra profusamente.
Suben arriba y Aremi intenta orientarse decidiendo que deberán ir dirección norte, pasando la escarpadura. Deciden continuar el viaje al día siguiente y hacen noche en el campamento.

Sabado 11 Julio 1925
Los investigadores salen en los camiones en la dirección que dice Aremi, llegan a un cañon, flanqueándoles a los lados paredes de roca natural.  Tras un rato, al final del camino se encuentran un obstáculo de varias piedras que bloquean el camino, y de inmediato ven como algunos hombres desde arriba lanzan piedras de gran tamaño a los camiones. Los investigadores reaccionan a tiempo y consiguen esquivar las rocas, deciden salir de los camiones para evitar ser presa de las rocas que puedan lanzarles. Carolyn Fern que se encontraba en el primer camión, sale del vehiculo y los sectarios no dudan en atacarla con una jabalina y un boomerang, dejándola inconsciente muy cerca de la muerte. Entre los sectarios, está Mortimer Wycroft, maldiciendo a los investigadores y avisándoles de que pronto se van a reunir con sus antiguos compañeros del almacén que explotó. Dodge sale del camión al rescate de Carolyn, ignorando el peligro que le espera fuera, pero su camaradería y su caballerosidad es mayor a su propia integridad física. Intenta arrastrar a Carolyn hacia el interior del vehiculo, pero los perdigones de Wycroft y el bumerán de uno de sus esbirros acaban con su vida. Dentro del primer vehiculo sólo queda la guía Aremi, la cual se queda congelada sin saber qué hacer. Aterrada, permanece en el interior del vehiculo escondiéndose de los atacantes, sin posibilidad de intentar salvar a sus compañeros.
Mortimer Wycroft
 En el segundo vehiculo, salen el coronel, Bishop y Rivers disparando hacia lo alto del cañon intentando diezmar a sus atacantes. Cuando consiguen abatir a 3 hombres, el resto de sectarios abandonan el lugar, pero a cambio Rivers es herido de gravedad. Bishop mete a Rivers el camión y el coronel se dirige hacia el camión donde se encuentra Aremi. Descubre a Carolyn y Dodge muertos, abrazados en sus últimos instantes de vida, y a Aremi dentro del camión, conmocionada. Deciden coger los dos vehículos y volver al campamento de la muerte para planear que hacer.
Una vez en el campamento, deciden que lo mejor es volver todos a Cuncudgery y después a Port Hedland para ingresar a Rivers en el Hospital, y después volver. Pasan la noche en el campamento atesorando los momentos que compartieron con Dodge y con Carolyn. No se detendrán hasta que sean vengados.

sábado, 7 de junio de 2014

Crónica. Capítulo 5: Australia. Sesión 3: El fantasma de las Cataratas Dingo

Dado que en Cuncudgerie sólo hay un ambulatorio, Rivers es ingresado en una pequeña clínica de Port Hedland. Bishop, que ha empezado a actuar  y a hablar de forma extraña -fue descubierto leyendo compulsivamente los libros de la expedición y no para de hacer preguntas de todo tipo- y parece padecer alguna clase de amnesia, es ingresado también para tenerlo bajo observación.

Los investigadores se entrevistan con la policía, que les pregunta por su relación con el propietario del almacén, por las intenciones de su visita, y por el paradero de Wycroft, que al parecer abandonó el pueblo en dirección al desierto un par de días antes. Los investigadores niegan tener ninguna relación con él y aseguran que sólo querían comprarle equipo para su expedición.

La noche siguiente al interrogatorio, algunos de los investigadores entran en el almacén de Wycroft para investigar, que, a pesar de estar acordonado, no está vigilado. Lo único fuera de lo común que encuentran en el edificio es lo que parece una página suelta de un libro titulado Inteligencias Maravillosas y un bote de pintura negra que se derrama cuando Dodge cae al primer piso a través del maltrecho suelo de la primera planta. Sin duda, la policía sabrá de la intrusión al día siguiente. Antes de partir, registran también un cobertizo cercano, donde encuentran varias herramientas y cajas de dinamita. Una de ellas está abierta y faltan algunos cartuchos. Cuando nadie mira, el Coronel coge dos de ellos y se los guarda.

Intrigada por el extraño mal que aqueja al piloto, Carolyn consulta Los Manuscritos Pnakóticos, que precisamente estaba leyendo en ese momento, en busca de alguna referencia al extraño artefacto que parece ser el causante. El libro arroja una aterradora revelación: el artefacto coincide con la descripción del usado por los miembros de una especie llamada la Gran Raza de Yith para regresar a su propio espacio-tiempo tras haber intercambiado sus mentes con la de los habitantes de otros tiempos y lugares.

Mientras tanto, en la clínica, el Coronel encañona a Bishop, o a quien quiera que esté dentro de su cuerpo, para evitar su huida. Cuando Carolyn llega a la clínica y habla con sus compañeros, todos interrogan al supuesto Bishop y éste acaba confesando ser Klatakak, un miembro de la Gran Raza de Yith traído a estas coordenadas espaciotemporales contra su voluntad. Está dispuesto a irse, pero para ello necesita reparar el artefacto, lo que le llevaría al menos dos semanas. Los investigadores acceden a ayudarle para poder traer de vuelta al piloto.

Durante dos semanas, Rivers se repone de sus heridas en el hospital -parece que la única lesión irreversible es la de sus tímpanos- y sus compañeros ayudan al yithiano a conseguir los componentes para reparar el artilugio. Dodge decide regresar a Cuncudgerie para hacer algunos preparativos más.

En primer lugar, busca un guía nativo que los ayude a atravesar el desierto, y acaba dando con una extraña mujer llamada Aremi Miki, que además de conocer bien el desierto parece inteligente y tiene un profundo conocimiento de las leyendas de la región.

Aremi Miki, la guía aborigen contratada por Dodge
Tras contratar a la aborigen y acordar que volvería a buscarla cuando la expedición estuviese preparada para salir, Dodge se dirige a la taberna local, para echar un trago con los mineros y ponerse al día de las habladurías. Tras pagar varias rondas, los parroquianos le ponen al tanto de los siguientes rumores:


- Al Este, a lo lejos, se ha producido un grave desastre minero, pero la compañía responsable ha pagado a los políticos y se ha echado tierra sobre el asunto. Unas 25 personas han muerto, entre ellas Derby Dave el galés, que estuvo trabajando para Mortimer Wycroft. Todo esto tuvo lugar hace algún tiempo.


- Un americano chalado se llevó un grupo de dos docenas de trabajadores al desierto, les hizo cavar un pozo de diez metros de profundidad, luego les ordenó que dejarande trabajar, les pagó una cierta cantidad de dinero como compensación y luego hizo que todo el mundo volviese a Darwin a recoger su paga. Todo esto tuvo lugar hace algún tiempo.



- Algunos ganaderos que traían vacas por la ruta de ganado de Canning juran que unas cosas tan grandes como osos les robaron unas cuantas de sus cabezas de ganado. Esto ocurrió “hace más o menos un año.” Los supuestos ataques tuvieron lugar en algún lugar al Este de los lagos Percival.


- Los Slattery, que viven en las Cataratas del Dingo, son muy poco amistosos, y se debe evitarles.


- Un caballero americano de nombre John Carver, llevó a cabo una seriede inspecciones y excavaciones exploratorias a lo largo de laRuta de Ganado de Canning, que flanquea el lado orientaldel Gran Desierto de Arena.



- El fantasma de un hombre ardiendo ha sidovisto recientemente en el Norte (cerca de las Cataratas del Dingo) Esta historia en particular la cuenta un viejo llamado Ginger Muldoon el Loco, que se pone bastante violento cuando Dodge duda de su palabra y trata de tomarle el pelo.



- Hace unas dos semanas se avistaron en la zona tres grandes pájaros. La persona que cuenta esta historia juraque tenían alas de siete metros. Les disparó varias veces, para ver si podía cazar uno, pero estaban fuera del alcance de su arma.



- El sujeto americano que hizo cavar el pozo en la arenay el americano John Carver son la misma persona. Comprótodo su equipo aquí mismo, en la tienda de Mortimer Wycroft.



- En algún lugar del desierto hay una ciudad enterradabajo la arena. Hay maneras de entrar y salir de ella, pero laarena cambia constantemente, enterrando y desenterrando las vías de entrada. En la ciudad viven seres maléficos.

Intrigado por la historia del fantasma de las Cataratas Dingo, el Doctor Dodge decide ir a buscar a su guía y dirigirse con ella hacia el lugar. Una vez en las Cataratas Dingo -que no son unas cataratas de verdad, sino una charca formada al pie de una escarpadura rocosa-, después del atardecer, se les aparece efectivamente un espectro, pero no encaja con la descripción que diera el borracho. Se trata de un viejo y pobre minero descalzo que trata, por gestos, de hacer que le sigan hacia la formación rocosa.

El fantasma del viejo minero
Dodge y Aremi se acercan a él con sus lámparas de gas en la mano, y entonces se convierte en el hombre ardiente que describió el viejo, y después desaparece. Asustados y curiosos a partes iguales, los dos investigadores deciden acercarse a la formación y descubren en su superficie tres cavernas. Suben por la parte menos empinada y la aborigen se descuelga por la pared. Tirando hojarasca ardiendo por cada una de ellas, comprueba que todas tienen más de diez metros de profundidad, y decide adentrarse en la de la derecha. Por desgracia, el descenso en la oscuridad no es fácil, y cae doce metros fracturándose varios huesos y quedando inconsciente en el acto.

Armándose de valor, el Doctor Dodge baja a buscarla y consigue sacarla de allí atándola a una cuerda, haciendo caso omiso del crujido bajo sus pies -quizá los huesos del muerto-. Conduce hasta el hospital de Port Hedland con la aborigen gravemente herida a su lado. A su regreso, Bishop ya ha vuelto en sí, aunque no recuerda nada desde el momento en que miró por la lente del artilugio, y a Rivers ya le han dado el alta. Sin embargo, la fea fractura de fémur de la guía podría retrasar aún más la expedición...

miércoles, 4 de junio de 2014

Crónica. Capítulo 5: Australia. Sesión 2: Puerto Hedland y Cuncudgerie

La mañana siguiente al incendio en la Naviera Randolph de Darwin, los investigadores toman un barco y se dirigen a Port Hedland. Allí se reúnen con el Doctor David Dodge, que llega de Sidney probablemente apenas un par de días antes de que su mentor, el Profesor Cowles arribe a Australia. Al llegar, Bishop acude a la oficina de correos, donde recoge un paquete remitido por el Dr. Ali Kafour, del Museo Egipcio de El Cairo. Su contenido es una cajita de madera con lo que parecen ser cenizas, pero el piloto no da muchas explicaciones a sus compañeros.

El ingeniero Robert B.F. Mackenzie
Los investigadores y Dodge se entrevistan con el ingeniero Robert B.F. Mackenzie, quien enviara las fotos de la ciudad del desierto al Profesor Cowles. Mackenzie les habla sobre los descubrimientos de su difunto amigo Arthur MacWhirr, y de cómo murió de un infarto en plena calle unos días antes de su ponencia en la Universidad de Sidney, cuando aparentemente gozaba de buena salud. También les cuenta como hace un par de años, un americano fue a visitarle interesándose en las notas y fotografías de MacWhirr, sin explicar dónde ni cómo se había enterado de la existencia del material. El tal "señor Howston" desapareció después de que el ingeniero le hubiese prestado casi todo el material de su amigo. Lo único que le quedó fueron las cuatro placas y el diario que envió al Profesor Cowles.

Mientras Dodge y Mackenzie ayudan a los investigadores a organizar una expedición hacia el interior del desierto, Bishop se va a dar una vuelta por Port Hedland. Durante su paseo, se percata de que un aborigen de aspecto sospechoso le sigue sin quitarle ojo de encima. Cuando se para para encararse con él, el nativo hace unos gestos extraños y murmura unas palabras. El piloto siente una presión en el pecho, pero logra sobreponerse, y hechiza a su vez a su atacante para obligarle a obedecer su voluntad. Ordena al felón dirigirse hasta un callejón y allí lo interroga, averiguando que fue él quien acabó con MacWhirr y que le seguía porque le habían informado del paso de la Expedición Jackson-Walker por Darwin y de su probable paso por Port Hedland. Bishop, expeditivo por naturaleza, lo apuñala, matándolo en el acto, y deja el lugar discretamente para reunirse con sus compañeros en el hotel.
El asaltante de Bishop
 Tras enterarse del enfrentamiento del británico con su asaltante, el Coronel y la Señorita Fern deciden ir al lugar de los hechos para registrar el cuerpo. La visión del cadáver evoca en el Coronel horribles recuerdos de su época en el frente y es incapaz de controlarse, huyendo del lugar entre alaridos de pánico. Carolyn registra el cuerpo y encuentra un telegrama avisando de su posible presencia en el pueblo. Desgraciadamente, es descubierta con las manos en la masa por un par de lugareños que acuden a ver qué es lo que ha causado tanto pavor al hombre que huía, de modo que finge que, como médico, sólo trataba de ayudar al yacente. Esto hace que tanto ella como el Coronel deban acudir a varios interrogatorios policiales de los que finalmente salen impunes.

Mientras parte del grupo está ocupado en los interrogatorios, Rivers, Rita, el Doctor Layton y Dodge deciden adelantarse e ir a Cuncudgerie a ultimar los preparativos para la expedición e investigar a ese tal Mortimer Wycroft al que mencionaban los papeles de la Naviera Randolph, quien, según Mackenzie, es el propietario de un almacén de suministros para expediciones, un hombre huraño y algo siniestro.

A solas en el hotel, a Bishop se le ocurre inspeccionar el extraño artilugio de varillas y espejos que encontraran en la Naviera Randolph. Accionando un mecanismo, el artefacto empieza a zumbar y entonces a Bishop se le ocurre mirar a través de una especie de lente, como de un microscopio. El Coronel y Carolyn lo encuentran en estado catatónico en su habitación, aunque al rato empieza a emitir sonidos y a hacer movimientos extraños. Viendo al piloto de esta manera, y el artilugio sobre la mesa, el Coronel, que también es un hombre muy resuelto, opta por destrozarlo contra la mesa. Deciden meter a Bishop en la cama y vigilarlo para que no haga nada peligroso.

En Cuncudgerie, el resto del grupo va a visitar el almacén de Wycroft, que está cerrado y aparentemente vacío. No ven ninguna luz ni movimiento, así que deciden entrar a echar un vistazo. Como de costumbre, Rivers se encarga de abrir la cerradura con sus ganzúas, pero al girar el pomo oye un "click" que no proviene de la cerradura y que, por algún motivo, hace saltar todas sus alarmas. Corre en dirección contraria y trata de advertir a sus compañeros antes de echar cuerpo a tierra, pero Rita y Layton no reaccionan con la suficiente rapidez. Un artefacto hace explosión justo detrás de la puerta, derruyendo buena parte de la fachada, matando a Rita y a Layton en el acto, e hiriendo a Rivers de gravedad. Dodge llega con el camión momentos después, a tiempo para socorrer al detective y constatar la muerte de los otros dos. Sea quien sea el misterioso antagonista que vela por los intereses de Nyarlathotep en Australia, ha demostrado estar dispuesto a todo para evitar que nadie interfiera en los planes de su señor.