miércoles, 25 de junio de 2014

Crónica: Capítulo 5: Australia. Sesión 4: El Gran Desierto Arenoso



Lunes 6 Julio 1925
No habiendo tiempo para buscar otra guía, el grupo decide adentrarse en el desierto con los dos camiones provistos de provisiones y herramientas, incluyendo a la aborigen herida (Aremi).
Durante su viaje se encuentran con columnas de humo al parecer producidas por los nómadas para crear puntos de referencia en  la inmensidad del desierto.  Cuando empieza a anochecer, encuentran un pozo y deciden acampar cerca de él para recuperar fuerzas y pasar la noche. Durante la primera guardia de Rivers, el detective observa cómo algunos indígenas se acercan al pozo, y éstos al percatarse de que son observados, deciden marcharse. 

Martes 7 Julio 1925
Durante el segundo día del viaje de los investigadores, deben de realizar paradas intermitentes para poder hacer un mantenimiento óptimo de los camiones, en una de sus paradas, observan a lo lejos un hombre en camello caminando hacia su dirección, cuando les alcanza conversan con él.
Su nombre es Peter Mcdonald, se identifica como prospector/minero y vuelve de unas fallidas excavaciones, dirigiendose hacia Meekatharra. Habla de una excavación minera próxima de la cual ha escuchado que está maldita y que ha habido varios casos de desapariciones de aborígenes.
Tras despedirse de él, reanudan el viaje en dirección al sitio del cual les ha hablado Peter, llegando la noche y teniendo que volver a acampar en medio del desierto sin incidentes.

Miercoles 8 Julio 1925
Dedican toda la jornada a viajar, no ocurre nada relevante

Una hembra de canguro y su cría contemplan el paso de la expedición

Jueves 9 Julio 1925
Avistan canguros, una especie de marsupial gigante, lo cual les fascinan, ya que nunca había visto uno, excepto la guía. Durante el transcurso del viaje, a Carolyn se le ocurre leer libros esotéricos con desastroso resultado, ya que se marea y regurgita en el camión, manchando parte de la tapicería y de los acompañantes (Dodge y Aremi). Deciden parar un momento para limpiar el desastre que ha dejado Carolyn, la cual se niega a limpiarlo argumentando que no tiene sentido que lo limpie ella habiendo una sirviente negra en el equipo (Aremi) y se compromete a pagarle diez libras si realiza el trabajo. Casualmente se encuentran cerca de un pozo al cual se acercan, Aremi se da cuenta de que hay una serpiente e intenta avisar discretamente a todos para que no se acerquen, ya que podrían asustarla y ser atacados. Carolyn la ve y comienza a gritar de pánico, Aremi se enfrenta a la serpiente como buenamente puede debido a sus lesiones y consigue reducirla milagrosamente, no gracias a la ayuda de Carolyn Fern.
Finalmente, con el pozo despejado, rellenan cantimploras y Aremi limpia el desastre, recibiendo sólo 1 Libra por parte de Carolyn.
Se percatan de que a lo lejos ven un Lago y rastros de ruedas de camiones en esa dirección, deciden seguirlo y parece que se pierden, optando  por parar cuando anochece y decidir al día siguiente qué hacer: si deshacer el camino recorrido, o bien avanzar un poco más e intentar encontrar el campamento del que les habló Peter Mcdonald.

Viernes 10 Julio 1925
Amanecen y deciden continuar unos cuantos kilómetros más antes de deshacer el camino andado. Por fin avistan al fondo una escarpadura parecida a la que Peter Mcdonald les describió, junto al cual debería estar el campamento de la muerte. Cuando se dirigen hacia él, se desata una fuerte tormenta de arena que obliga a los investigadores a parar los vehículos hasta que pase. Pasada la tormenta el coronel se encarga de hacer el mantenimiento oportuno y continúan.
Por fin llegan al campamento de la muerte, en apariencia abandonado pero con suministros y variado material minero. Daba la impresión de que no hace mucho  hubo gente aquí y los que se fueron no les dio tiempo a recoger nada. Deciden entrar a la tienda de campaña que hay, la cual parece haber sido castigada por las inclemencias del tiempo, ya que tiene varios cosidos.
Frente a la tienda observan una huella enorme de unos 2m de diametro, la investigan y finalmente Bishop, con sudor en la frente, la identifica como perteneciente a un Pólipo Volante, una extraña criatura sobrenatural que al parecer no es nada amistosa, ya que junto a las pisadas, encuentran varios huesos humanos semienterrados en la arena.
Mientras observan los restos, les sobresaltan unos ladridos. En una duna cercana aparecen dos dingos, los cuales se van. El grupo decide subir hasta la duna para ver hacia donde se dirigen. Rivers consigue ver a lo lejos lo que parece ser un hombre sin ropa, sólo con unos zapatos, rodeado de varios dingos. El grupo se aproxima para ayudarle, y resulta que en realidad los dingos son sus amigos.
Al principio se muestra muy nervioso con los investigadores, pero éstos le consiguen calmar y hacer que relate el por qué se encuentra aquí.


Los dingos de Grogan observan a los investigadores sin perder detalle

Su nombre es Jeremy Grogan, fue contratado por John Carver, (alias de John Huston) junto con 20 hombres más para ir en busca de Oro, ya que John afirmaba saber donde había. Llegaron a esta mina y comenzaron a excavar, pasaron días y cuando se termino el dinero del señor Carver, los trabajadores dejaron de picar a la espera de que llegasen los camiones de Suministro para volver a Cuncudgerie.  Carver empezó a comportarse de manera extraña, haciendo que hablaba con alguien invisible, con gestos y cosas así. Luego desapareció un día entero y parte del siguiente y cuando volvió sus ojos parecían salvajes. “Hay una manera” dijo, “Hay otra manera de entrar y Dios me la ha mostrado. Os podéis marchar si queréis; ya no os necesito”
Uno de los trabajadores se le encaró diciendo que les debía el salario por estar esperando y bastantes otros también usaron expresiones poco amables con Carver.  Carver les insultó soezmente, “Si esto es lo que pensáis, entonces me esforzaré para que todos vosotros os pongáis pronto en camino”. No sonaba nada bien esa amenaza, pero él no podía hacer nada siendo sólo uno contra 20.
Se marchó adentrándose en el desierto, esa misma noche mientras jugaban a las cartas, gGogan fue pillado haciendo trampas, por lo que tuvo que salir corriendo entre los matorrales del desierto, cuando por fin dio esquinazo a sus perseguidores, volvió arrastrándose al campamento y vio a Carver en lo alto de la pared rocosa gesticulando y señalando con las manos hacia el campamento, y entonces una gran cosa alada con garras gruesas bajó del cielo y destruyó el campamento, no dejando a nadie con vida.
Al parecer las armas no dañaban a la criatura, por lo que no tuvo ningún tipo de oposición. Grogan decidió adentrarse en el desierto antes de permanecer ni un minuto más ahí. Al día siguiente, decidió tumbarse en una sombra aceptando su destino y esperar a que le llegase la hora mientras dormía. Cuando se despertó, pasó varios días y los dingos estaban ya a su lado. Explica que los dingos no son reales, que cree que son mágicos, por que no los acaba de entender su mente y se olvida de cuál es cuál.

Tras la historia, los investigadores deciden bajar a la mina, en busca de alguna pista. Bajan unos 60 metros y se encuentran el túnel obstruido, deciden subir de nuevo, pero el coronel no se da por vencido y decide intentar apartar una roca, consiguiendo un pequeño desprendimiento y cayéndole una roca en la cabeza, haciéndole una brecha no demasiado grave, pero que sangra profusamente.
Suben arriba y Aremi intenta orientarse decidiendo que deberán ir dirección norte, pasando la escarpadura. Deciden continuar el viaje al día siguiente y hacen noche en el campamento.

Sabado 11 Julio 1925
Los investigadores salen en los camiones en la dirección que dice Aremi, llegan a un cañon, flanqueándoles a los lados paredes de roca natural.  Tras un rato, al final del camino se encuentran un obstáculo de varias piedras que bloquean el camino, y de inmediato ven como algunos hombres desde arriba lanzan piedras de gran tamaño a los camiones. Los investigadores reaccionan a tiempo y consiguen esquivar las rocas, deciden salir de los camiones para evitar ser presa de las rocas que puedan lanzarles. Carolyn Fern que se encontraba en el primer camión, sale del vehiculo y los sectarios no dudan en atacarla con una jabalina y un boomerang, dejándola inconsciente muy cerca de la muerte. Entre los sectarios, está Mortimer Wycroft, maldiciendo a los investigadores y avisándoles de que pronto se van a reunir con sus antiguos compañeros del almacén que explotó. Dodge sale del camión al rescate de Carolyn, ignorando el peligro que le espera fuera, pero su camaradería y su caballerosidad es mayor a su propia integridad física. Intenta arrastrar a Carolyn hacia el interior del vehiculo, pero los perdigones de Wycroft y el bumerán de uno de sus esbirros acaban con su vida. Dentro del primer vehiculo sólo queda la guía Aremi, la cual se queda congelada sin saber qué hacer. Aterrada, permanece en el interior del vehiculo escondiéndose de los atacantes, sin posibilidad de intentar salvar a sus compañeros.
Mortimer Wycroft
 En el segundo vehiculo, salen el coronel, Bishop y Rivers disparando hacia lo alto del cañon intentando diezmar a sus atacantes. Cuando consiguen abatir a 3 hombres, el resto de sectarios abandonan el lugar, pero a cambio Rivers es herido de gravedad. Bishop mete a Rivers el camión y el coronel se dirige hacia el camión donde se encuentra Aremi. Descubre a Carolyn y Dodge muertos, abrazados en sus últimos instantes de vida, y a Aremi dentro del camión, conmocionada. Deciden coger los dos vehículos y volver al campamento de la muerte para planear que hacer.
Una vez en el campamento, deciden que lo mejor es volver todos a Cuncudgery y después a Port Hedland para ingresar a Rivers en el Hospital, y después volver. Pasan la noche en el campamento atesorando los momentos que compartieron con Dodge y con Carolyn. No se detendrán hasta que sean vengados.

sábado, 7 de junio de 2014

Crónica. Capítulo 5: Australia. Sesión 3: El fantasma de las Cataratas Dingo

Dado que en Cuncudgerie sólo hay un ambulatorio, Rivers es ingresado en una pequeña clínica de Port Hedland. Bishop, que ha empezado a actuar  y a hablar de forma extraña -fue descubierto leyendo compulsivamente los libros de la expedición y no para de hacer preguntas de todo tipo- y parece padecer alguna clase de amnesia, es ingresado también para tenerlo bajo observación.

Los investigadores se entrevistan con la policía, que les pregunta por su relación con el propietario del almacén, por las intenciones de su visita, y por el paradero de Wycroft, que al parecer abandonó el pueblo en dirección al desierto un par de días antes. Los investigadores niegan tener ninguna relación con él y aseguran que sólo querían comprarle equipo para su expedición.

La noche siguiente al interrogatorio, algunos de los investigadores entran en el almacén de Wycroft para investigar, que, a pesar de estar acordonado, no está vigilado. Lo único fuera de lo común que encuentran en el edificio es lo que parece una página suelta de un libro titulado Inteligencias Maravillosas y un bote de pintura negra que se derrama cuando Dodge cae al primer piso a través del maltrecho suelo de la primera planta. Sin duda, la policía sabrá de la intrusión al día siguiente. Antes de partir, registran también un cobertizo cercano, donde encuentran varias herramientas y cajas de dinamita. Una de ellas está abierta y faltan algunos cartuchos. Cuando nadie mira, el Coronel coge dos de ellos y se los guarda.

Intrigada por el extraño mal que aqueja al piloto, Carolyn consulta Los Manuscritos Pnakóticos, que precisamente estaba leyendo en ese momento, en busca de alguna referencia al extraño artefacto que parece ser el causante. El libro arroja una aterradora revelación: el artefacto coincide con la descripción del usado por los miembros de una especie llamada la Gran Raza de Yith para regresar a su propio espacio-tiempo tras haber intercambiado sus mentes con la de los habitantes de otros tiempos y lugares.

Mientras tanto, en la clínica, el Coronel encañona a Bishop, o a quien quiera que esté dentro de su cuerpo, para evitar su huida. Cuando Carolyn llega a la clínica y habla con sus compañeros, todos interrogan al supuesto Bishop y éste acaba confesando ser Klatakak, un miembro de la Gran Raza de Yith traído a estas coordenadas espaciotemporales contra su voluntad. Está dispuesto a irse, pero para ello necesita reparar el artefacto, lo que le llevaría al menos dos semanas. Los investigadores acceden a ayudarle para poder traer de vuelta al piloto.

Durante dos semanas, Rivers se repone de sus heridas en el hospital -parece que la única lesión irreversible es la de sus tímpanos- y sus compañeros ayudan al yithiano a conseguir los componentes para reparar el artilugio. Dodge decide regresar a Cuncudgerie para hacer algunos preparativos más.

En primer lugar, busca un guía nativo que los ayude a atravesar el desierto, y acaba dando con una extraña mujer llamada Aremi Miki, que además de conocer bien el desierto parece inteligente y tiene un profundo conocimiento de las leyendas de la región.

Aremi Miki, la guía aborigen contratada por Dodge
Tras contratar a la aborigen y acordar que volvería a buscarla cuando la expedición estuviese preparada para salir, Dodge se dirige a la taberna local, para echar un trago con los mineros y ponerse al día de las habladurías. Tras pagar varias rondas, los parroquianos le ponen al tanto de los siguientes rumores:


- Al Este, a lo lejos, se ha producido un grave desastre minero, pero la compañía responsable ha pagado a los políticos y se ha echado tierra sobre el asunto. Unas 25 personas han muerto, entre ellas Derby Dave el galés, que estuvo trabajando para Mortimer Wycroft. Todo esto tuvo lugar hace algún tiempo.


- Un americano chalado se llevó un grupo de dos docenas de trabajadores al desierto, les hizo cavar un pozo de diez metros de profundidad, luego les ordenó que dejarande trabajar, les pagó una cierta cantidad de dinero como compensación y luego hizo que todo el mundo volviese a Darwin a recoger su paga. Todo esto tuvo lugar hace algún tiempo.



- Algunos ganaderos que traían vacas por la ruta de ganado de Canning juran que unas cosas tan grandes como osos les robaron unas cuantas de sus cabezas de ganado. Esto ocurrió “hace más o menos un año.” Los supuestos ataques tuvieron lugar en algún lugar al Este de los lagos Percival.


- Los Slattery, que viven en las Cataratas del Dingo, son muy poco amistosos, y se debe evitarles.


- Un caballero americano de nombre John Carver, llevó a cabo una seriede inspecciones y excavaciones exploratorias a lo largo de laRuta de Ganado de Canning, que flanquea el lado orientaldel Gran Desierto de Arena.



- El fantasma de un hombre ardiendo ha sidovisto recientemente en el Norte (cerca de las Cataratas del Dingo) Esta historia en particular la cuenta un viejo llamado Ginger Muldoon el Loco, que se pone bastante violento cuando Dodge duda de su palabra y trata de tomarle el pelo.



- Hace unas dos semanas se avistaron en la zona tres grandes pájaros. La persona que cuenta esta historia juraque tenían alas de siete metros. Les disparó varias veces, para ver si podía cazar uno, pero estaban fuera del alcance de su arma.



- El sujeto americano que hizo cavar el pozo en la arenay el americano John Carver son la misma persona. Comprótodo su equipo aquí mismo, en la tienda de Mortimer Wycroft.



- En algún lugar del desierto hay una ciudad enterradabajo la arena. Hay maneras de entrar y salir de ella, pero laarena cambia constantemente, enterrando y desenterrando las vías de entrada. En la ciudad viven seres maléficos.

Intrigado por la historia del fantasma de las Cataratas Dingo, el Doctor Dodge decide ir a buscar a su guía y dirigirse con ella hacia el lugar. Una vez en las Cataratas Dingo -que no son unas cataratas de verdad, sino una charca formada al pie de una escarpadura rocosa-, después del atardecer, se les aparece efectivamente un espectro, pero no encaja con la descripción que diera el borracho. Se trata de un viejo y pobre minero descalzo que trata, por gestos, de hacer que le sigan hacia la formación rocosa.

El fantasma del viejo minero
Dodge y Aremi se acercan a él con sus lámparas de gas en la mano, y entonces se convierte en el hombre ardiente que describió el viejo, y después desaparece. Asustados y curiosos a partes iguales, los dos investigadores deciden acercarse a la formación y descubren en su superficie tres cavernas. Suben por la parte menos empinada y la aborigen se descuelga por la pared. Tirando hojarasca ardiendo por cada una de ellas, comprueba que todas tienen más de diez metros de profundidad, y decide adentrarse en la de la derecha. Por desgracia, el descenso en la oscuridad no es fácil, y cae doce metros fracturándose varios huesos y quedando inconsciente en el acto.

Armándose de valor, el Doctor Dodge baja a buscarla y consigue sacarla de allí atándola a una cuerda, haciendo caso omiso del crujido bajo sus pies -quizá los huesos del muerto-. Conduce hasta el hospital de Port Hedland con la aborigen gravemente herida a su lado. A su regreso, Bishop ya ha vuelto en sí, aunque no recuerda nada desde el momento en que miró por la lente del artilugio, y a Rivers ya le han dado el alta. Sin embargo, la fea fractura de fémur de la guía podría retrasar aún más la expedición...

miércoles, 4 de junio de 2014

Crónica. Capítulo 5: Australia. Sesión 2: Puerto Hedland y Cuncudgerie

La mañana siguiente al incendio en la Naviera Randolph de Darwin, los investigadores toman un barco y se dirigen a Port Hedland. Allí se reúnen con el Doctor David Dodge, que llega de Sidney probablemente apenas un par de días antes de que su mentor, el Profesor Cowles arribe a Australia. Al llegar, Bishop acude a la oficina de correos, donde recoge un paquete remitido por el Dr. Ali Kafour, del Museo Egipcio de El Cairo. Su contenido es una cajita de madera con lo que parecen ser cenizas, pero el piloto no da muchas explicaciones a sus compañeros.

El ingeniero Robert B.F. Mackenzie
Los investigadores y Dodge se entrevistan con el ingeniero Robert B.F. Mackenzie, quien enviara las fotos de la ciudad del desierto al Profesor Cowles. Mackenzie les habla sobre los descubrimientos de su difunto amigo Arthur MacWhirr, y de cómo murió de un infarto en plena calle unos días antes de su ponencia en la Universidad de Sidney, cuando aparentemente gozaba de buena salud. También les cuenta como hace un par de años, un americano fue a visitarle interesándose en las notas y fotografías de MacWhirr, sin explicar dónde ni cómo se había enterado de la existencia del material. El tal "señor Howston" desapareció después de que el ingeniero le hubiese prestado casi todo el material de su amigo. Lo único que le quedó fueron las cuatro placas y el diario que envió al Profesor Cowles.

Mientras Dodge y Mackenzie ayudan a los investigadores a organizar una expedición hacia el interior del desierto, Bishop se va a dar una vuelta por Port Hedland. Durante su paseo, se percata de que un aborigen de aspecto sospechoso le sigue sin quitarle ojo de encima. Cuando se para para encararse con él, el nativo hace unos gestos extraños y murmura unas palabras. El piloto siente una presión en el pecho, pero logra sobreponerse, y hechiza a su vez a su atacante para obligarle a obedecer su voluntad. Ordena al felón dirigirse hasta un callejón y allí lo interroga, averiguando que fue él quien acabó con MacWhirr y que le seguía porque le habían informado del paso de la Expedición Jackson-Walker por Darwin y de su probable paso por Port Hedland. Bishop, expeditivo por naturaleza, lo apuñala, matándolo en el acto, y deja el lugar discretamente para reunirse con sus compañeros en el hotel.
El asaltante de Bishop
 Tras enterarse del enfrentamiento del británico con su asaltante, el Coronel y la Señorita Fern deciden ir al lugar de los hechos para registrar el cuerpo. La visión del cadáver evoca en el Coronel horribles recuerdos de su época en el frente y es incapaz de controlarse, huyendo del lugar entre alaridos de pánico. Carolyn registra el cuerpo y encuentra un telegrama avisando de su posible presencia en el pueblo. Desgraciadamente, es descubierta con las manos en la masa por un par de lugareños que acuden a ver qué es lo que ha causado tanto pavor al hombre que huía, de modo que finge que, como médico, sólo trataba de ayudar al yacente. Esto hace que tanto ella como el Coronel deban acudir a varios interrogatorios policiales de los que finalmente salen impunes.

Mientras parte del grupo está ocupado en los interrogatorios, Rivers, Rita, el Doctor Layton y Dodge deciden adelantarse e ir a Cuncudgerie a ultimar los preparativos para la expedición e investigar a ese tal Mortimer Wycroft al que mencionaban los papeles de la Naviera Randolph, quien, según Mackenzie, es el propietario de un almacén de suministros para expediciones, un hombre huraño y algo siniestro.

A solas en el hotel, a Bishop se le ocurre inspeccionar el extraño artilugio de varillas y espejos que encontraran en la Naviera Randolph. Accionando un mecanismo, el artefacto empieza a zumbar y entonces a Bishop se le ocurre mirar a través de una especie de lente, como de un microscopio. El Coronel y Carolyn lo encuentran en estado catatónico en su habitación, aunque al rato empieza a emitir sonidos y a hacer movimientos extraños. Viendo al piloto de esta manera, y el artilugio sobre la mesa, el Coronel, que también es un hombre muy resuelto, opta por destrozarlo contra la mesa. Deciden meter a Bishop en la cama y vigilarlo para que no haga nada peligroso.

En Cuncudgerie, el resto del grupo va a visitar el almacén de Wycroft, que está cerrado y aparentemente vacío. No ven ninguna luz ni movimiento, así que deciden entrar a echar un vistazo. Como de costumbre, Rivers se encarga de abrir la cerradura con sus ganzúas, pero al girar el pomo oye un "click" que no proviene de la cerradura y que, por algún motivo, hace saltar todas sus alarmas. Corre en dirección contraria y trata de advertir a sus compañeros antes de echar cuerpo a tierra, pero Rita y Layton no reaccionan con la suficiente rapidez. Un artefacto hace explosión justo detrás de la puerta, derruyendo buena parte de la fachada, matando a Rita y a Layton en el acto, e hiriendo a Rivers de gravedad. Dodge llega con el camión momentos después, a tiempo para socorrer al detective y constatar la muerte de los otros dos. Sea quien sea el misterioso antagonista que vela por los intereses de Nyarlathotep en Australia, ha demostrado estar dispuesto a todo para evitar que nadie interfiera en los planes de su señor.


lunes, 14 de abril de 2014

Poliedro 2013: tetas, ratones y el suplemento mierder

Este año los Premios Poliedro se han retrasado un poco, pero por fin se han hecho públicos los ganadores. Como el año anterior, yo no he votado por no estar muy al tanto de las novedades editoriales (para mi vergüenza, sólo tengo y he leído uno de los nominados: La Guía del Investigador de los Años 20, que por cierto ha resultado ganadora… ya hablaré de eso más adelante).
Se podría decir que los dos grandes ganadores este año han sido Dreamraiders y Mouse Guard.
Sí, Dreamraiders, el juego que desató la polémica en el mundillo por sus ilustraciones sexistas, ha ganado los premios al mejor juego de rol creado en castellano y a la mejor ambientación. Dejando al margen el contraste entre sus elegantemente vestidos personajes masculinos y sus heroínas semidesnudas, la verdad es que, por lo poco que he leído sobre él, la ambientación me parece muy atractiva, y es un juego que me gustaría probar.
Por su parte, Mouse Guard ha ganado los premios al mejor juego traducido al castellano y al mejor arte interior. De nuevo, se trata de otro juego que me encantaría probar, pese a no haber leído los comics. Y es que a mí este tipo de juegos indies con mucha improvisación me suelen gustar bastante.


Y además, qué demonios, esos ratones tan solemnes, e incluso cabreados, son adorables.
Hay muchas otras categorías que no voy a comentar, y cuyos ganadores y nominados podéis ver más abajo, pero sí quería manifestar mi sorpresa ante el hecho de que un suplemento tan malo como La Guía del Investigador de los Años 20 haya ganado el premio. O sus competidores eran aún peores, o no puedo más que disentir con el jurado.
En serio, lo digo sin tapujos: ese libro me parece pésimo. Y no lo digo porque el concepto del libro en sí me parezca poco práctico, ni por la edición bastante más cutre que la de las anteriores publicaciones de Edge (gracias a eso, al menos nos ahorramos unos euros), sino fundamentalmente por la horrible sección de creación de investigadores, que a priori es la más interesante, pero en la que los autores (entre los cuales no figura ninguno de los dos creadores del juego) deciden pasarse por el forro las reglas de creación de investigadores del libro básico y tirar por la ventana el equilibrio. Sí, toda esa información detallada sobre nuevas profesiones en los años veinte es interesante, pero mientras todas las profesiones del libro básico tenían ocho habilidades asociadas a ellas, las nuevas profesiones tienen cada una un número distinto de habilidades, y en algunos casos “habilidades especiales” bastante poderosas. Vamos, que se fliparon aquí cosa mala. Y de regalo incluye un ejemplo de personaje histórico para cada profesión, porque a lo mejor no sabías que Houdini y Dalí existieron de verdad. Pero sin estadísticas, eso sí, no vaya a ser que sirvan para algo.
También me gusta mucho la sección del uso de las habilidades en los años 20, porque a lo mejor tampoco sabías para qué se usaba la habilidad “Conducir Automóvil” en la época. De acuerdo, también hay secciones que pueden útiles, como la información sobre las técnicas de investigación y la medicina forense en la época, o las secciones de equipo. A mí personalmente me gusta lo de poder jugar con modelos de armas reales, pero hay que reconocer que es bastante coñazo tener que buscar el mecanismo y el calibre de tu arma en las tablas para poder saber cuáles son sus estadísticas. Ah, y no se puede negar que el arte y el diseño interiores son muy buenos, como nos tiene acostumbrados Edge (a pesar del blanco y negro) pero por lo visto no tan buenos como los de Mouse Guard.
Bueno, al final os he soltado aquí la crítica del suplemento que no hice en su día, pero vamos, baste decir que en mi grupo de juego el libro es objeto de toda clase de coñas por sus contenidos de gran utilidad y sus profesiones locas, y ha quedado relegado al papel de mero libro de equipo, porque desde luego esta terminantemente prohibido escoger cualquiera de las profesiones de este libro (salvo ajustándola a las reglas del juego). En fin, no me enrollo más y os dejo con la información sobre los Poliedro.

Editado:
Una segunda lectura me hace darme cuenta de que Apocalypse World también ha ganado dos categorías importantes: Mejor Sistema y Producto del Año, además de estar empatado en número de votos con el ganador de la categoría Mejor Narrativa. No sé mucho sobre este juego postapocalíptico, pero en general opino lo mismo de esta clase de ambientaciones que del género de zombis (con el que tiene bastante en común): es una temática en principio atractiva, pero que no da mucho de sí (aunque es verdad que, está algo menos sobreexplotada que los zombis).
 - Mejor Juego de rol creado en castellano:
Dreamraiders
Dreamraiders (Nosolorol) con un 37,5%
Estrellas Anónimas (20,8%)
Fragmentos Director’s Cut (20,8%)
Aquelarre Breviarium (16,7%)
Arcana Mundi (edición integral) (4,2%)
- Mejor Juego de rol traducido al castellano
Mouse Guard
Mouse Guard (Holocubierta) con un 37,5%
Ars Magica (16,7%)
Apocalypse World (16,7%)
Star Wars Al filo del Imperio (caja de inicio) (12,5%)
Pathfinder (12,5%)
Do: Peregrinos del Templo Volador (4,2%)
- Mejor Ambientación
Dreamraiders
Dreamraiders (Nosolorol) con un 38,5%
Ars Magica (19,2%)
Mouse Guard (15,4%)
No te duermas (15,4%)
Do: Peregrinos del Templo Volador (11,5%)
- Mejor Sistema de juego
Apocalypse World
Apocalypse World (conBarba) con un 34,5%
Star Wars Redux (2ª edición) (24,1%)
Mouse Guard (17,2%)
Pathfinder (13,8%)
Star Wars Al Filo del Imperio (caja de inicio) (10,3%)
- Mejor Suplemento
Portada Guía investigador
Guía del Investigador de los Años 20 (Edge Entertainment) con un 34,6%
La Guardia de la Noche (15,4%)
Pantalla de La Puerta de Ishtar (con la aventura Belleza Ebúrnea) (11,5%)
Gaia 2: Más allá del espejo (11,5%)
Ars Malefica (7,7%)
Sistema Madre 1.0 (7,7%)
Z-Corps 8 Semanas después (7,7%)
Los vientos de la Magia (3,8%)
- Mejor Aventura
El Judío errante
El Judio Errante (Nosolorol) con un 22,7%
Estrellas anónimas (18,2%)
Star Wars Al filo del Imperio (caja de inicio) (18,2%)
Belleza Ebúrnea (13,6%)
Carne (13,6%)
Demencia en Miskatonic (13,6%)
- Mejor Portada
Ars Mágica 5Th
Ars Magica (Holocubierta) con un 32,1%
Dreamraiders (17,9%)
Pathfinder (17,9%)
Star Wars Al filo del Imperio (caja de inicio) (17,9%)
Mouse Guard (14,3%)
- Mejor Arte interior
Mouse Guard
Mouse Guard (Holocubierta) con un 35,7%
Ars Magica (32,1%)
Guía del Investigador de los Años 20 (17,9%)
Pathfinder (14,3%)
Star Wars Al filo del Imperio (caja de inicio) (0%)
- Mejor Edición
Ars Mágica 5Th
Ars Magica (Holocubierta) con un 39,3%
Star Wars Al filo del Imperio (caja de inicio) (28,6%)
Mouse Guard (14,3%)
Apocalypse World (10,7%)
Dreamraiders (7,1%)
- Mejor Narrativa
Do__Peregrinos
Do: Peregrinos del Templo Volador (Nosolorol) con un 25% (*)
Apocalypse World (25%)*
Estrellas anónimas (20,8%)
Mouse Guard (16,7%)
No te duermas (12,5%)
- Mejor Producto Gratuito
SWRedux
Star Wars Redux (2ª edición) con un 28,6%
La balada del rey transparente (17,9%)
El largo brazo del Hutt (14,3%)
Old School Hack (14,3%)
Dungeonslayer 4.0 (7,1%)
El manuscrito Tolkien (7,1%)
Sistema Madre 1.0 (7,1%)
Torre dimensional (3,6%)
La tumba de Eibon (0%)
- Mejor Podcast/Programa de Radio Rolero
vuelofenix
rolfandango
El vuelo del Fenix y Rol Fandango con un 37,5% (**)
Tiro al Friki (12,5%)
La Choza del Jdr (8,3%)
La Base secreta (4,2%)
- Mejor Fanzine de rol
freaktimes
The Freak Times con un 50%
Desde el sótano (33,3%)
Fanzine rolero (12,5%)
Quinto Destino (4,2%)
Dramatis Personae (0%)
- Mejor sitio web de rol
google-plus-logo
Comunidad rolera de G+ con un 37%
La Frikoteca (22,2%)
The Freak Times (14,8%)
Laboratorio Friki (14,8%)
Padre, Marido y Friki (11,1%)
- Mejor Programa de vídeo rolero
Memoriasdeunrolero
Memorias de un rolero con un 43,5%
Las cosas de Crom (21,7%)
Complejo de Master (17,4%)
Roleros Unidos (13%)
Freak in the North (4,3%)
- Producto del Año
Apocalypse World
Apocalypse World (conBarba) con un 22,2% (*)
Pathfinder (22,2%)
Ars Magica (22,2%)
Mouse Guard (18,5%)
Star Wars Al filo del Imperio (caja de inicio) (14,8%)

sábado, 15 de marzo de 2014

I am Providence


Hoy se cumplen 77 años de la muerte de Howard Phillips Lovecraft. Como excusa para una entrada no está mal, pero me parecía un poco pobre dejarlo en eso (aunque reconozco que no sería lo peor que he publicado), así que he decidido hablaros un poco de un libro que leí hace unos años y que viene muy al caso. Se trata de Providence, de Juan Francisco Ferré.

Compré esta novela movido por mi interés por todo lo que tenga que ver con Lovecraft y porque había leído muy buenas críticas. La sinopsis dice lo siguiente:
Providence es una miríada de novelas, todas ellas sorprendentes y originales: relato de terrores y terrorismos post-11S, novela de campus pornográfica, reverso tenebroso del american way of life, reescritura no cinéfila de la Historia del Cine; retrato, en fin, de una conspiración global para imponer el mundo virtual al mundo real. Suprotagonista, Álex Franco, es un cineasta español con una visión perversa de Hollywood. En el Festival de Cannes conoce a una misteriosa mujer, Delphine, que le propone realizar una nueva película. Providence es también la ciudad donde se instala el conflictivo y escandaloso Franco, sin hacerse una idea de lo que le espera allí: sectas mafiosas, conspiraciones apocalípticas y sociedades secretas que pugnan por el control de su metamórfica realidad. Providence es un hipnótico viaje al fin de la noche americana: esa América real que encubre el horror gótico tras una fachada colorista de glamour y consumo.
Seguramente no esté capacitado para criticar este libro, porque la verdad es que no entendí nada, y además hablo de memoria, porque hace ya bastante que lo leí, pero qué demonios, hablar es gratis. Se trata de un embrollo posmoderno en el que no está claro qué es real, y el protagonista (aparentemente un trasunto de Álex de la Iglesia, o al menos su nombre es claramente un homenaje a él y a Jess Franco), que en principio había ido a Providence a dar clases de cine pero también tiene que preparar una película, al final a lo que se dedica es a follar con mucha gente, para llenar su vacío existencial o algo (en este sentido, me recordó a Tokio ya no nos quiere, de Ray Loriga, pero el de Loriga me gustó más, y creo que hasta lo entendí). A parte de la portada, el título, y el lugar en el que transcurre la acción, no recuerdo que hubiera más relación con Lovecraft que un personaje que usa el nombre de "Abdul Alhazred". Igual es que soy tonto, o un antiguo, pero la verdad es que me pareció un bodrio infumable (creo que sólo seguí leyendo porque tenía la esperanza de que al final entendería algo).

miércoles, 12 de marzo de 2014

No está muerto lo que yace eternamente...

Tras un tiempo soñando en R´lyeh, salgo de mi letargo para comentar algunas novedades del mercado nacional y extranjero.

Lo cierto es que el motivo del parón en el blog es que estoy pasando unos meses en Maastricht por motivos de trabajo, y no he tenido mucho tiempo, ganas, ni material para escribir (aunque debo reconocer que aun tengo un par de crónicas de Australia pendientes de escribir). Esta ciudad, por cierto, es un erial en cuanto a frikismo: no hay ninguna tienda de cómics y juegos, y el único grupo de rol con el que he podido contactar no parecía muy interesado por mi oferta de dirigir Delta Green (sólo juegan a D&D y la mayoría apenas ha oido hablar de otros juegos).

Pero vayamos al grano, lo que me ha sacado de mi letargo ha sido el anuncio bastante lacónico por parte de Edge. De hecho, se han limitado a colgar una imagen en su cuenta de Instagram con el pie de foto: "Una de las ayudas para los jugadores de "Las mansiones de la locura", próximo libro para #cthulhu #lovecraft #edgeent", aunque después han confirmado que sí, que se trata de una redición de ese suplemento. Básicamente, se trata de unas cuantas aventuras de casas encantadas para los años 20. El Cthulhu más clásico, vamos.

La imagen de marras

En fin, nuevo material para La Llamada de Cthulhu siempre es una buena noticia, y más si son aventuras, pero como a mí me gusta quejarme, diré que ya podrían haber aprovechado la próxima reedición de Horror en el Orient Express por parte de Chaosium para traducirlo, pero supongo que primero tendrá que estar terminada la edición original. Quizá la próxima vez; crucemos los tentáculos.

En cuanto a Delta Green, los de Arc Dream Publishing están últimamente muy pesados con un Kickstarter que tienen para sacar un libro de relatos de Delta Green, cosa que, la verdad, no me interesa nada. Pero el caso es que están recaudando bastante, y van sacando nuevas recompensas y "stretch goals", una de las cuales consiste en recibir la versión alfa de Delta Green RPG para testearlo. Aunque es tentador, paso de poner pasta en un Kickstarter de algo que no me interesa para conseguir de rebote algo por lo que, en principio, no debería pagar. Al menos, eso sí, es una señal de que Delta Green RPG sigue adelante (porque a veces da la sensación de que sólo están trabajando en los malditos relatos), como lo es también el hecho de que pretenden hacer partidas de prueba en las GenCon del próximo verano.
El dichoso libro
En teoría el lanzamiento de Delta Green está previsto para este año, aunque no han concretado nada más, que yo sepa. La verdad es que por lo poco que hablan del proyecto, da la sensación de que si sale este año (que espero que sí), lo hará a finales del mismo.

Y nada más; me vuelvo a retir a las profundidades hasta nuevo aviso, aunque espero que esta vez el parón sea más corto.

martes, 12 de noviembre de 2013

Crónica. Capítulo 5: Australia. Sesión 1: Sidney y Darwin



Resumen de los acontecimientos anteriores: Tras frustrar los planes de la Secta de la Lengua Sangrienta al volar por los aires la cima del Monte Kenia junto con la cúpula de la secta y el propio avatar de Nyarlathotep, los investigadores supervivientes se dirigen a Australia, siguiendo las escasas pistas que pudieron encontrar sobre el continente en Nueva York y Londres.

Personajes:

  • Owen Rivers: un experimentado detective privado de la Agencia Continental. Fue contratado en Nueva York por la Fundación Jackson-Walker y está dispuesto a llegar hasta el fondo de este caso cueste lo que cueste. Los horrores recientemente contemplados en Kenia han hecho mella en su cordura, pero no en su determinación.
  • Rita Harrington/Krueger: esta misteriosa, implacable y letal actriz alemana se unió al grupo en Londres para investigar y vengar la muerte de su marido, una de las víctimas de los asesinatos egipcios. A pesar de que su técnica interpretativa a menudo no resulta todo lo convincente que sería deseable, ha sido entrenada en algún tipo de arte marcial milenario del lejano oriente, y sus temibles patadas ya han acabado con la vida de más de un sectario.
  • Michael Bishop: habiendo quedado su avión reducido a chatarra, este piloto y cazador británico decidió acompañar a sus clientes a África para buscar algún negocio que le permitiera salir adelante. Desde su primera semana en Kenia, lleva gafas de sol todo el tiempo y a menudo desaparece misteriosamente en medio de la noche, pero ha demostrado su férrea lealtad al grupo en cada ocasión que ha tenido.
  • Doctor Hershel Layton: un adinerado profesor de Yale de origen británico, amigo personal del Dr. Jackson-Walker.
  • Coronel Charles J. Willis: un oficial retirado del ejército americano, unido también por lazos de amistad al Dr. Jackson-Walker.
  • Caroline Fern: psicóloga y estudiosa de lo paranormal ("parapsicóloga", como le gusta definirse a ella), hija de un viejo amigo del Dr. Jackson-Walker desaparecido hace años.

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Martes, 9 de junio de 1925 (Sidney)

Sehr geherte Herr Dr. Wiesel,

Los viajes en barco ya no son lo que eran, desde que descubrí todo lo que realmente nos rodea, y vi morir a tanta gente de formas horribles… Me pregunto si todos esos seres horribles no habrán encontrado también un hueco en lo profundo de los océanos, y esperan allí para alzarse y tragarse la civilización humana, tan avanzada como la creemos. A veces creo que ni siquiera la disciplina que caracteriza a nuestra raza podrá salvarme de la locura a la que mis compañeros anglosajones parecen haber sucumbido ya: he oído al inglés gritar en sueños en su camarote durante casi toda nuestra travesía, y el americano padece ataques de pánico cada vez que sale de él.

Sea como sea, tras hacer escala en Darwin, el pasado domingo llegamos multitudinario puerto de Sidney, en Australia, a la caza de la enésima secta, en esta ocasión unos chalados adoradores de murciélagos en lo profundo del desierto australiano. Tanto calor no les ha debido sentar nada bien, aunque quizá seamos nosotros, los civilizados occidentales, los que vivimos en la inopia. Allí nos han localizado tres nuevos miembros, enviados desde América por la Fundación Jackson-Walker. El Coronel Charles Willis, al parecer un reputado militar de esa nación todavía en pañales; la joven y poco agraciada señorita Caroline Fern, especialista en psicología y que gusta de referirse a si misma como Doctora, a pesar de que claramente carece de tal distinción, y un afamado arqueólogo inglés, Herschel Layton. No me gustaría menospreciar a estos nuevos “compañeros”, pero me parece que estarían mejor resolviendo crucigramas en un pueblo de la campiña inglesa, que en medio del desierto cazando sectarios y quién sabe qué más…


Casi sin tiempo para descansar hemos acudido a la universidad en busca del Doctor Anthony Cowles, quien al parecer dio una charla a principios de año en Estados Unidos a raíz de la cual hemos acabado en este lugar inhóspito y lleno de delincuentes. Al menos hemos dejado atrás a esos árabes de tez cetrina y mirada suspicaz.

El Doctor Cowles no se encontraba en su despacho, parece que todavía no ha regresado de los Estados Unidos. Nos han dado el teléfono de su asistente, el Doctor David Dodge, que se encarga de sus asuntos durante su ausencia. Con un poco de suerte, sabrá algo de esa secta que se esconde en el desierto y nos podrá orientar.

El lunes quedamos con el Doctor Dodge, que al parece ha tenido un efecto de lo más interesante en la señorita Fern, que se comporta como una gata en celo cuando está delante del joven Doctor. Una gata escuchimizada y despeinada, eso sí. Disculpe, Herr Doktor, mi mente discurre últimamente por unos derroteros nada directos, esta investigación está afectando a mis nervios. 

Incluyo una fotografía del Doctor Dodge extraída de un anuario de su universidad

Como le decía, el Doctor Dodge nos recibió en el despacho del Dr. Cowles. Al contarle lo que sabíamos sobre la secta del Padre de todos los Murciélagos, también conocido como el Murciélago de Arena, nos miraba como si fuéramos unos locos; está claro que el Dr. Cowles no confía en su asistente tanto como éste desearía. Eso sí, las historias sobre una ciudad olvidada en medio del desierto profundo ha despertado su interés, y nos ha permitido revisar el despacho de su mentor, sin muchos miramientos, y también nos ha facilitado el acceso a la biblioteca. En el despacho hemos encontrado un pequeño diario, manuscrito, de un tal Doctor McWhirr, un explorador australiano que en 1921, siguiendo algún tipo de leyenda local y los apuntes de un topógrafo de nombre misterioso (tan sólo hemos encontrado la inicial de su apellido, “L”), se adentró en el desierto australiano en busca de una ciudad misteriosa, partiendo del pueblucho de Cuncudgerie. Según lo que hemos averiguado, tras varios días en el desierto, en los que murieron varios miembros de la expedición de forma misteriosa, como si les hubieran disparado un chorro de arena (ya empiezo a temer a lo que nos enfrentaremos, y todavía no hemos salido hacía allá), llegaron a un punto entre el Manantial de Joanna y el Pozo de la Separación. En medio de la nada, lo que sorprende y mucho al Doctor Dodge, encontraron los restos de una ciudad de al menos diez mil años de antigüedad. Yo pensaba que en aquella época aquí no habría más que bárbaros en taparrabos y serpientes venenosas, pero parece ser que no podemos fiarnos de las ideas que nos han inculcado nuestros mayores.

Sea como fuere, el Doctor McWhirr regresó a la civilización tras sufrir numerosos ataques de los aborígenes (a los que llama despectivamente “kooríes”); si un pobre australiano logró sobrevivir, empiezo a pensar que no todo será tan difícil esta vez.

Tras el curioso descubrimiento, pedimos al Doctor Dodge permiso para proseguir nuestra investigación en la casa del Doctor Cowles, mientras la señorita Fern permanecía atrás (pobre, pude ver la tristeza en su cara cuando le dijimos que no venía a la casa con nosotros) para investigar en la biblioteca de la Universidad. Lo cierto es que la joven podrá no ser muy agraciada, pero ha resultado ser un ratón de biblioteca de lo más activo, y consiguió encontrar numerosas referencias a las leyendas locales sobre el Murciélago de Arena (según Bishop, el árabe loco que escribió ese libro que lleva a todas partes lo identifica como otro avatar de ese gran mal llamado Nyarlathotep). Al parecer, esa criatura y otra deidad local, la Serpiente del Arcoiris, una criatura del agua, son enemigos acérrimos, y provienen de algo llamado la Era de los Sueños. Al Murciélago de Arena se le define como un horror surgido del tiempo y que surge de una cueva del cielo en forma de tormenta de arena. Es una criatura de oscuridad a la que daña la luz y que permite a sus seguidores “ver en la oscuridad sin ver”, algo conocido como la “visión que no es visión”. Gott mit uns! Espero que no nos encontremos ahora con locos sin ojos armados con palos, tiene que haber un límite a la locura que nos rodea…

Al parecer, el Murciélago de Arena aparece en las leyendas de varias tribus aborígenes. Los Gadjujara le conocen como Ala Oscura, y los Bindubi como Comedor de Caras, nombres halagüeños... Ambas tribus adoran a la Serpiente Arcoiris, por lo que son enemigo jurado de los seguidores del Murciélago de Arena, que aunque desaparecieron hace siglos eran conocidos por realizar sacrificios humanos armados con unos garrotes repletos de dientes de murciélago untados con veneno de serpiente. La señorita Fern dijo que en algunos libros se decía que estaban untados de bonobos, pero eso me parece ya demasiado extraño, espero no tener que luchar con un montón de monos armados con garrotes...

En la casa del Doctor Cowles, tras poner patas arriba media vivienda localizamos la carta que acompañaba al diario de McWhirr, enviada por un ingeniero de Port Hedland llamado Robert B. McKenzie, al parecer amigo de Cowles y Dodge. Habla de una serie de fotos, pero Cowles debió llevárselas a los Estados Unidos, porque no hay ni rastro de ellas. La señorita Fern se nos unió en la casa, pero ya era tarde y no pudo disfrutar de la compañía del joven Dodge, aunque no dejaba de insinuarse. En ocasiones me recuerda a mí misma de joven, esa insistencia me granjeó grandes amistades… claro que en mi caso la insistencia y la facilidad para convencer al sexo opuesto van de la mano con una gran belleza, si se me permite la falta de humildad.

El 9 de junio volvimos a ver al Doctor Dodge para confirmarle nuestra intención de seguir lo pasos de McWhirr y adentrarnos en el desierto en busca de la ciudad fantasma. Pobre de él, cuando descubra que, ciudad o no, lo que nos espera en el desierto es con toda probabilidad letal. El 24 de junio nos veremos en Port Hedland, y de allí al interior.

Cerrado ese tema, Rivers y el Coronel Willis se acercaron a la hemeroteca. El Profesor Layton, la joven Fern y yo misma decidimos investigar el Museo Australiano, donde merced al buen nombre del Doctor Layton nos recibió el propio Director del Museo, el Doctor Bruce Morrison. Curiosamente, sacamos la misma información tanto de la hemeroteca como del Museo Australiano: el señor McWhirr murió en 1922, semanas antes de presentar en sociedad sus descubrimientos. Al parecer los buitres de la comunidad científica tardaron poco en lanzarse sobre su cadáver y desprestigiar su investigación (aunque el prestigio de un maleante australiano no debía ser muy alto para empezar), y por ello apenas ha llegado al gran público occidental alguna noticia sobre lo que esconde el gran desierto australiano. Lo único que sacamos en claro es que los adoradores del Murciélago de Arena utilizan una marca peculiar, que intentaré reproducir:



El Doctor Morrison también nos indicó un nuevo lugar donde proseguir nuestra investigación, la Galería Nacional de Arte. Aunque en su momento me sonó extraño, puesto que la Pinacoteca de un lugar como Sidney dudaba mucho que guardara grandes obras, lo cierto es que me equivocaba, o al menos parcialmente. Efectivamente, como pinacoteca es paupérrima (no le recomiendo a un hombre de su gusto y buen hacer visitarla, desde luego) pero lo cierto es que contaban con una muestra de arte aborigen de lo más interesante. Tras un pequeño desliz (he de decir que no es mi culpa que esos anglosajones utilicen palabras tan complicadas, si se expresaran en una lengua más sencilla, como nuestro amado alemán, no habría tenido que preguntar por un hombre recientemente fallecido) el Coronel Willis consiguió que nos enseñaran la muestra, y entre numerosos grabados primitivos encontramos uno que representaba un sacrificio realizado por seguidores del Padre de todos los Murciélagos; mejor aún, junto al símbolo que ya conocíamos, encontramos una segunda marca distintiva, alguna clase de espiral. Supongo que encontraremos alguna utilidad a todas estas pistas en algún momento, aunque no creo que estos sectarios locos vayan por ahí dibujando su símbolo en las paredes…

Dentro de dos días partimos de nuevo hacia Darwin, antes de dirigirnos hacia Port Hedland al encuentro del Dr. Dodge. Al parecer el difunto Rupert y el detective Rivers descubrieron en la Fundación Penhew registros de envíos realizados desde un almacén en Darwin, y nos gustaría saber qué más pueden tener ahí dentro. Le informaré una vez lleguemos allí.


Mit freundlichen Grüßen,

Maria Fredersen

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Miércoles, 16 junio 1925 (Darwin)

Mein Gott, Herr Dr. Wiesel, no creerá lo que tengo que decirle. Por fin he terminado de comprender lo que dice ese libro terrible, terribilísimo, que mis compañeros tuvieron la decencia de dejarme leer (quizá ayudase el que sea la única persona del grupo con mínimos conocimientos de francés, pero aún así), y lo que he descubierto puede suponer un cambio de rumbo para nuestro futuro, el suyo, el mío, el de la gran nación germana…

Ahora no puedo entretenerme demasiado, pero en estas páginas hay hechizos, ¡hechizos! Magia negra, de una época anterior a Thule, Hyboria y otras leyendas de nuestros padres teutones, cuando los hombres eran niños sobre la faz de la tierra y otras criaturas, terribles y poderosas, se cernían sobre nosotros. Le recomiendo que busque un libro, el Liber Ivonis en su original latino, o Livre d’Ivon, en francés; lo que allí encontrará sin duda le hará descubrir una nueva visión de nuestro pasado, y abrirá el camino a un brillante futuro… Yo haré lo posible por transcribir los fragmentos que llevo encima, para poder compartirlos con usted.

Me desvío, disculpe. Ayer por la mañana llegamos a Darwin, y no bien habíamos encontrado un hotel, decidimos acercarnos al puerto para curiosear el almacén del que habían partido los envíos hacia Londres. Ésta es una ciudad multitudinaria, pese a su tamaño, y gran parte de su masa humana se concentra en el puerto, por lo que a la luz del día no nos atrevimos a acercarnos demasiado; para ser un lugar desde el que salen terribles envíos a medio mundo, en todo caso, esperaba algo más del local, y no un mero muelle de carga con madera medio podrida…

Por la noche el buen Bishop, el Coronel Willis y yo misma decidimos acercarnos de nuevo, y viendo la oportunidad, pues no había ni un alma a la vista, decidimos acercarnos directamente por la dársena, evitando las luces de la calle. A primera vista parecía desierto, y numerosas cajas aguardaban a ser cargadas en los barcos que las llevarían al otro lado del globo. Nos adentramos en la construcción tras un breve forcejeo con la puerta, para encontrar una nave repleta de cajas. Al principio desesperamos, pensando que no encontraríamos nada entre tanta mercancía, pero afortunadamente había un libro registro no demasiado bien guardado en un cajón de la única mesa a la vista. A veces creo que Dios quiere que llevemos nuestra odisea a buen puerto, y otras… creo que otras veces tengo que admitir que si hay algún Dios, probablemente sea una criatura horrible y blasfema que quiere acabar con toda la vida en la tierra.

El libro registro estaba repleto de albaranes de entrega, y rápidamente descubrí que varios envíos estaban marcados con el símbolo del Murciélago: envíos a Importaciones Fong en Shanghai, a la Fundación Penhew en Londres, y curiosamente, envíos a un tal “Mortimer Wycroft” de Cuncudgerie. Al parecer esos envíos se cobran al doble de la tarifa habitual, así que puede imaginarse que esas cajas no albergan nada bueno. Varios envíos todavía se encontraban en el almacén, según los albaranes, así que nos dispusimos a encontrarlos, cuando un grupo de borrachos hizo acto de presencia. El alcohol embotaba sus sentidos, sin embargo, así que logramos escondernos mientras rebuscaban entre las cajas y rapiñaban unas cajas de whisky barato. Benditos borrachos, he de decir…

Tras un breve registro, y con los borrachos ya a una buena distancia, Bishop encontró una caja dirigida a Shanghai, que contenía un extraño artefacto (algo que Bishop llamó un “aparato de inspección cercana yithiano”, sea lo que sea eso) junto con una carta firmada por un tal “R.H.” Son unas iniciales que me llaman la atención, pero no consigo relacionarlas… También descubrimos una caja dirigida a la fundación Penhew, por desgracia; por desgracia, digo, porque contenía una talla repugnante, una imagen traída de un infierno fuera del alcance de la imaginación de los buenos cristianos, nacida de los sueños de un loco indigente mental… Con la cordura embotada por tan asquerosa imagen, decidimos que sólo hay una clase de sectario bueno: el sectario muerto, o en su defecto, el sectario arruinado, así que decidimos poner fin a aquella operación que distribuía por mercados de todo el mundo esa mercancía infernal. 

Adjunto una instantánea del artefacto encontrado por Bishop
Con las llamas lamiendo las paredes del almacén y alzándose hacia el cielo, casi pudimos sentir un peso dejar nuestros corazones. A veces la justicia prevalece, y las malas acciones tienen su castigo. El extraño ídolo vino con nosotros, para ser objeto de una venganza algo más particular. Tras varios minutos de golpes, la figura yacía desfigurada y astillada a nuestros pies, presta para ser pasto de las llamas, aunque esperaremos a mañana. Primero, que los servidores de Nyarlathotep y sus mil caras sepan lo que les espera; ya habrá tiempo para hacer arder sus asquerosos ídolos.

En todo caso, no nos queda mucho tiempo en Darwin. En unos días, nos dirigiremos a Port Hedland, para desde allí dirigirnos al interior, hacia Cuncudgerie y lo que quiera que esconda el desierto australiano.

Cada vez veo más lejano el día en que regrese a un lugar tranquilo y cuerdo, si es que quedan tales lugares en este mundo. Si no regreso, espero que mis escritos le ayuden a usted y a nuestra querida tierra a encontrar para la humanidad un futuro en el que no tengamos que retroceder aterrorizados ante los terribles secretos que esconde la oscuridad.

Mit freundlichen Grüßen,

Maria Fredersen